En un esfuerzo conjunto para preservar los ecosistemas altoandinos y de subpáramo, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y el municipio de Saboyá, Boyacá, están desarrollando una ambiciosa campaña para erradicar el retamo, una de las especies invasoras más perjudiciales de la región. Desde la implementación de su nuevo Plan de Acción Cuatrienal (PAC), la CAR ha adoptado medidas integradas que buscan restaurar áreas afectadas por incendios forestales y otras perturbaciones, con un enfoque particular en la eliminación de esta especie invasora.
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El retamo espinoso y el retamo liso, dos variantes de este arbusto originario de Europa, han mostrado una notable capacidad para colonizar áreas expuestas al sol, tales como bordes de carreteras y potreros. Estas plantas son particularmente problemáticas debido a sus sistemas radiculares resistentes a los incendios y a su alta capacidad de rebrote y producción de semillas, lo que permite su rápida expansión y desplazamiento de la flora nativa. Consciente de estos desafíos, la CAR ha desarrollado una estrategia exhaustiva que no solo aborda la erradicación, sino también la restauración ecológica de las zonas afectadas.
Para llevar a cabo esta titánica tarea, la CAR ha involucrado tanto recursos técnicos como financieros, de la mano con las autoridades municipales. El director de la CAR, Alfred Ignacio Ballesteros, ha subrayado la importancia de estas alianzas, destacando el compromiso de municipios como Saboyá en combatir la invasión del retamo. “El cambio climático es una realidad que nos exige acciones eficaces ante la variabilidad y la alteración de los entornos,” afirmó Ballesteros.
El proceso de erradicación y restauración se ha estructurado en tres fases principales:
1. Identificación y Caracterización del Área: Se lleva a cabo la identificación de los predios a intervenir y de las vías de acceso, seguido por la delimitación y caracterización del área.
2. Extracción y Control: Esta fase incluye la delimitación de polígonos con polisombra para evitar la dispersión de semillas, el corte y extracción de ramas, troncos y raíces. También se realiza la trituración del material vegetal no reproductivo y el acopio y embalaje de las partes vegetativas reproductivas (flores, frutos y semillas) para su posterior incineración.
3. Rehabilitación Ecológica: Se efectúa la plantación de entre 1.800 a 2.000 árboles nativos por hectárea. Las especies seleccionadas incluyen chirca, garrocho, tibar, arrayán, corono, siete cueros, amargoso, carne, aliso, duraznillo y mortiño, entre otras.
Estas acciones no solo apuntan a la erradicación del retamo, sino que también buscan la restauración de la biodiversidad local, protegiendo y promoviendo la sostenibilidad a largo plazo de los ecosistemas nativos. Según Ballesteros, la CAR tiene un enfoque integral que considera no solo la eliminación de esta especie invasora sino también la recuperación de las coberturas naturales, garantizando así un equilibrio ecológico en las áreas afectadas.
La ejecución de este proyecto se enmarca en un contexto más amplio de manejo y restauración ecológica del territorio CAR, donde se enfrentan múltiples desafíos derivados del cambio climático y la propagación de especies invasoras. Este enfoque integral y colaborativo implica no solo la acción inmediata sino también un compromiso sostenido para asegurar que las áreas restauradas puedan mantener su biodiversidad y resiliencia.
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