La mañana de ayer jueves 12 de diciembre fue testigo de un incidente en el municipio de Madrid, Cundinamarca, donde un puente peatonal en construcción colapsó sorpresivamente. Este puente tenía la misión de conectar las áreas rurales de La Finca y Zaragoza, y su caída ha despertado inquietudes entre los residentes locales.
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El proyecto de infraestructura, parte de una iniciativa más amplia para mejorar la conectividad de la región, se encontraba en la variante que enlaza Bogotá con Facatativá. Iniciado en junio con una asignación de 8.000 millones de pesos del presupuesto municipal, el puente buscaba reemplazar el cruce peligroso que enfrentan los peatones en esta carretera de alta velocidad.
Aunque la estructura aún no estaba en uso, su caída ha generado nerviosismo debido a los riesgos que presenta para los habitantes que dependen de este cruce a diario. La preocupación principal radica en las condiciones de seguridad vial ahora que el puente no está disponible.
En respuesta al suceso, las autoridades de tránsito de la región han implementado un contraflujo en la dirección Facatativá–Bogotá. Esta medida temporal intenta aliviar la congestión vehicular en una de las arterias más transitadas de la zona.
El desplome ha suscitado interrogantes sobre la integridad estructural de la obra y los mecanismos de monitoreo utilizados durante su construcción. Hasta el momento, las causas específicas detrás del colapso no han sido reveladas, lo que deja a la comunidad y a las autoridades a la espera de una investigación detallada.
Dentro del contexto municipal, esta situación subraya la importancia de mantener estándares estrictos en la ejecución de proyectos de infraestructura crítica. Los residentes esperan que las averiguaciones no solo aclaren lo sucedido, sino que también refuercen futuras prácticas de construcción.
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