El corazón hídrico de Bogotá, la laguna de Chingaza, situada en el parque nacional del mismo nombre, es la fuente de agua que sostiene el flujo vital hacia el 80% de la población de la capital colombiana. Esta semana, el alcalde Carlos Fernando Galán confirmó la adopción de restricciones en el consumo de agua en respuesta a una sequía severa que amenaza seriamente el suministro de este recurso esencial.
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La situación de los recursos hídricos de la ciudad es alarmante, con el embalse de Chingaza operando a solo el 16% de su capacidad total. Este embalse es crucial ya que provee agua al 70% de los hogares en Bogotá. Además, se reporta que el río Chuza, fuente alimentaria del embalse, ha disminuido aproximadamente un metro de su profundidad habitual, situándose en 60 centímetros.
La presencia del fenómeno de El Niño intensifica la crisis, afectando todas las regiones del país con su estela de sequía, aunque no todas han implementado medidas restrictivas hasta el momento.
Según Natasha Avendaño, gerente del Acueducto de Bogotá, sería necesario un período continuo de lluvia de 30 días para que el embalse recupere niveles óptimos. Sin embargo, la previsión es preocupante ya que, de no ocurrir, la ciudad podría enfrentarse a una escasez de agua en las semanas venideras.
El alcalde Galán explicó que los otros dos sistemas de abastecimiento de la ciudad, Tibitoc y El Dorado, ubicados al norte y sur respectivamente, tampoco disponen de la capacidad necesaria para suplir la demanda de agua, incrementando así la gravedad de la situación.
A pesar de los esfuerzos realizados para promover el ahorro de agua entre los ciudadanos, estos han resultado insuficientes. En los primeros tres meses del año, el consumo se redujo de 18 a 17 metros cúbicos por segundo en promedio, aún lejos del objetivo de 15 metros cúbicos por segundo establecido debido a la emergencia actual.
Ante esta crítica situación, el alcalde anunció la implementación de medidas restrictivas para asegurar la disponibilidad de agua. Estas restricciones, que se detallarán el próximo lunes 8 de abril, buscan lograr una reducción del 11% en el consumo diario de agua por parte de los habitantes de Bogotá, lo cual representa alrededor de 173.000 metros cúbicos menos de agua utilizada por día.
La administración municipal permanece atenta a las condiciones climáticas de abril, esperando un aumento en las precipitaciones que contribuyan a mitigar el impacto en los embalses. No obstante, se anticipa que cualquier recuperación significativa de los niveles de agua solo será visible hacia finales del mes.
En este contexto, el Consejo Distrital para la Gestión de Riesgos y Cambio Climático ha sido convocado para validar que las medidas implementadas estén en consonancia con los protocolos que salvaguarden el acceso al agua y los servicios sanitarios básicos, reafirmando el compromiso con los derechos fundamentales de los ciudadanos.
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