Enclavado en el corazón del Valle del Cauca y extendiéndose hasta el norte del departamento, el Parque Natural Regional Páramo del Duende se ha convertido en el centro de un escalofriante conflicto. Con sus 14.521 hectáreas, que se elevan entre 2.200 y 3.900 metros sobre el nivel del mar, este santuario natural ahora es testigo de la presencia de narcotraficantes y disidentes de las Farc con influencia paramilitar, quienes lo utilizan como una ruta estratégica para sus ilícitas operaciones.
Las veredas Cristalina Alta, Alto Boleo, La Camelia y Río Bravo, cada una hogar de aproximadamente 300 habitantes, han visto cómo sus bosques andinos sufren deforestación por la minería ilegal y la creación de trochas para el tráfico de drogas y armas. Los lugareños, temerosos, han reportado a la Defensoría del Pueblo la intimidación que ejercen los forajidos para usurpar sus tierras.
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Autoridades competentes, entre ellas la Tercera División de la Policía, la Fiscalía y la propia Alcaldía, están delineando estrategias para combatir estos abusos. La disidencia del frente ‘Jaime Martínez’ y el grupo de crimen organizado, los ‘Simpson’, han implantado el terror en la zona. Este último, visible tras el cruel asesinato y decapitación de un campesino septuagenario en octubre, reside en el área desde hace cuatro años.
Resulta alarmante cómo este escenario de violencia esgrimido por los ‘Simpson’, supuestamente vinculados a estructuras paramilitares, refleja las sombras de un pasado igualmente sangriento. En 2001, miembros del Bloque Calima, bajo la batuta de Éver Veloza, alias HH, perpetraron una masacre que dejó seis líderes locales asesinados y marcó indeleblemente a las comunidades de las veredas Alto Boleo y Río Bravo.
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