Bajo observación especial permanecen 12 municipios de Cundinamarca ya afectados por las duras precipitaciones de las últimas horas. Deslizamientos, inundaciones, crecientes súbitas y granizadas son los eventos atendidos por los organismos de socorro durante los primeros días del año.
Ante la nueva circunstancia que desplazó los tradicionales jornadas de sol empezando enero, las autoridades tuvieron que asumir los cambios del climáticos en el departamento.
La Unidad de Gestión del Riesgo de Cundinamarca se vio precisada a anticipar tareas invernales. Este ciclo (lluvias), tradicionalmente, comenzada a finales de febrero o comienzos de marzo. Anteriormente ocurría una temporada de sol entre finales de diciembre y mediados de febrero.
En el presente, los aguaceros se tomaron buena parte del país ocasionado serios inconvenientes en muy buena parte del Macizo Andino. Desde el sur de Colombia hasta casi la Costa Atlántica.
Lo más severo a nivel nacional se presenta entre Nariño y Cauca. Un buen sector de este último departamento, particularmente el área que cubre el municipio de Rosas, sintió gigantesco movimiento de tierra.
Efecto invernal en Cundinamarca
Entre el primero y 10 de enero, 12 municipios se resintieron por fuertes precipitaciones en el departamento. El comportamiento del clima desató deslizamientos de tierra, inundaciones, crecientes súbitas, granizadas y otros fenómenos propios de la ola invernal.
La circunstancia particular en cuestión obligó rápidas movilizaciones de los organismos de socorro, especialmente Bomberos, quienes intervienen junto unidades de la CAR.
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"Siguen las fuertes precipitaciones en diferentes zonas del Departamento que han tenido afectados a 12 municipios; solo durante el puente festivo de Reyes se afectaron 7 localidades. El pasado 10 de enero, el IDEAM emitió alerta roja la que hemos replicado en cinco municipios que tienen esta alerta ante posibles deslizamientos”, indica comunicado oficial.
La misma notificación de la directora de la Unidad de Gestión del Riesgo, Angélica Herrera, resalta el comportamiento brusco del río Sumapaz.
Poblaciones bajo vigilancia permanente
El complejo escenario obligó a una rápida intervención de buena parte de las autoridades en Cundinamarca. De momento las zonas más afectadas se encuentran al occidente, y la región del Tequendama.
Según Angélica Herrera, se presentan deslizamientos en Quipile, Vergara, Supatá, Nocaima, San Francisco, Villeta, Albán, Guayabal de Siquima y Anolaima. Con inundaciones fueron atendidas La Mesa y Cajicá; esta última localidad igual enfrentó severa granizada.
En cuanto a crecientes súbitas, estas ocurrieron, particularmente, en Fusagasugá. Reportaron otras eventualidades en San Juan de Rioseco y Cachipay.
Sobre afectaciones humanas, las autoridades indicaron que, por fortuna, durante éste último período no se han presentado víctimas fatales, heridos o desaparecidos. Únicamente fueron golpeadas 8 viviendas, 26 vías y 4 puentes vehiculares.
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De momento y ante posibles nuevas circunstancias particulares de riesgo, las autoridades solicitaron a la población mantenerse en estado de alerta. Pidieron dar aviso ante la presencia de eventualidades naturales como inundaciones, potenciales deslizamientos de tierra o avalanchas.
Imprevistos afectan obras en Cundinamarca
Otro inconveniente de la inesperada ola invernal consiste en las dificultades que puede ocasionar en la ejecución de trabajos estructurales.
Precisamente la Gobernación de Cundinamarca se encuentra empeñada en sacar adelante varios procesos viales en puntos estratégicos del departamento.
Es probable que su ejecución experimente demoras ante las inesperadas precipitaciones de la temporada.