En respuesta a la creciente preocupación por las crisis hídricas que afectan a Bogotá y diversas regiones del país, la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) ha presentado la vanguardista resolución 1005 de diciembre de 2024. Esta normativa se enfoca en moderar el consumo de agua con el fin de asegurar un uso sostenible del recurso.
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La directora ejecutiva de la CRA, Nelly Mogollón Montañez, detalló que el primer objetivo de esta regulación es mantener una adecuada reserva de agua en los embalses del país. En colaboración con la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y la directora del Ideam, Ghisliane Echeverry, la resolución se ha diseñado para guiar a los prestadores de servicios de acueducto hacia un modelo de consumo más consciente y eficiente.
A través de esta norma, se propone un marco regulatorio que define objetivos de consumo adaptados a los distintos climas de la región: cálido, templado y frío. Esto pretende no solo limitar el uso excesivo del agua sino también promover una gestión más efectiva del recurso en los hogares y empresas.
Los factores climáticos juegan un rol crucial en esta iniciativa. La resolución establece límites de consumo que varían según el piso térmico. Para consumidores residenciales, los máximos permitidos son de 13 metros cúbicos en clima frío, 14 metros cúbicos en clima templado y 16 metros cúbicos en clima cálido. Esta diferenciación busca incentivar el ahorro y la eficiencia en escenarios de menor precipitación.
Para los sectores no residenciales, como el comercio e industria, se estipula una reducción del 10% en el consumo, tomando como referencia el promedio de consumo de los últimos doce meses. Este ajuste busca frenar el uso desmedido y promover prácticas sostenibles.
Un enfoque innovador de la resolución es el sistema de sobreprecio que se implementará para cualquier metro cúbico que exceda los límites fijados. Esto se ha planeado como una estrategia efectiva para desalentar el derroche de agua, sin impactar sectores críticos como la educación y la salud, que quedan excluidos de esta medida.
La normativa también reconoce la diversidad de los hogares colombianos. Las familias con más de cuatro miembros serán consideradas de manera especial, pudiendo ajustar su consumo según el promedio del año anterior. Los prestadores del servicio deberán verificar estos casos para aplicar los cobros correspondientes de manera justa.
Además, se han impuesto nuevas directrices para las empresas de acueducto, centradas en reducir las pérdidas de agua. Estas compañías deberán revisar y mejorar sus planes de ahorro y uso eficiente del agua, asegurando así una gestión más sustentable del recurso.
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