En la localidad de Bosa, Bogotá, una cámara de seguridad capturó un angustioso episodio en el barrio Piamonte. Un padre y su hijo de 11 años, quienes regresaban a su hogar, fueron sorprendidos por siete individuos en una violenta acción que tuvo lugar la medianoche del 26 de noviembre.
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Este desafortunado encuentro comenzó cuando los atacantes, usando tácticas de distracción, se acercaron al padre con la excusa de pedirle una moneda. En el acto de generosidad, el padre fue tomado por el brazo por uno de los hombres, quien lo amenazó con un cuchillo. Bajo este escenario de intimidación, se vio obligado a entregar sus pertenencias mientras suplicaba por la seguridad de su hijo.
La agresión escaló rápidamente cuando los delincuentes se centraron en el menor. Armados con palos y cuchillos, lo despojaron de su ropa, dejándolo en estado vulnerable. Esta brutalidad no terminó ahí; el padre, al intentar proteger a su hijo, fue derribado al suelo y agredido físicamente mientras seguían despojándolo de sus pertenencias.
El impacto emocional en el menor fue significativo. Según relató el padre a CityTv, el niño está profundamente traumatizado por el incidente y muestra resistencia a volver a su rutina diaria. Este comportamiento resalta el efecto duradero que estos actos de violencia urbana pueden tener en las víctimas, especialmente en los jóvenes.
Circula una versión no confirmada por las autoridades que identifica a los atacantes como personas vestidas con ropa alusiva al equipo de fútbol Millonarios. El vínculo con el partido del mismo día entre Millonarios y Santa Fe está siendo sometido a un análisis minucioso, aunque hasta ahora no se ha determinado ninguna relación oficial.
La situación se disipó cuando una patrulla policial, alertada por vecinos preocupados, llegó al lugar. Los delincuentes huyeron apresuradamente, dejando solo a uno de los atacantes bajo custodia policial. El resto logró escapar, lo que subraya los desafíos continuos que enfrenta la policía en la captura y procesamiento de bandas criminales organizadas.
En medio de este incremento de incidentes, las estadísticas revelan una paradoja. Aunque la Secretaría de Seguridad reporta una disminución del 26% en los casos de hurto en Bogotá entre enero y octubre de este año, la percepción de inseguridad sigue alta. En Bosa, los casos denunciados bajaron de 6,264 en 2023 a 4,465 en 2024, mostrando una reducción del 28%.
Sin embargo, la disminución en las cifras no ha logrado mitigar la sensación de inseguridad entre los residentes. Esta percepción se ve impulsada no solo por incidentes de hurto a personas, sino también por robos a establecimientos y vehículos, aumentando la demanda de medidas de seguridad más efectivas en la comunidad.
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