El impulso de un desarrollo sostenible es el nuevo foco del Plan de Acción de la CAR Cundinamarca. En un reciente pronunciamiento, Alfred Ignacio Ballesteros, director de la entidad, ha compartido preocupaciones cruciales surgidas durante las visitas a varios municipios para la elaboración del citado plan. El mensaje central: es imperativo revisar el crecimiento espontáneo que está afectando negativamente a los recursos hídricos y al medio ambiente en general.
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La comunidad ha expresado una inquietud latente: la expansión urbana ha sido desmedida, ocasionando "pasivos ambientales enormes". Estos efectos colaterales del crecimiento poblacional y urbano han encendido las alarmas. Frente a esta realidad, la CAR hace un llamado a los actores involucrados, como constructores, alcaldes y concejos municipales, a considerar las problemáticas ambientales antes de permitir nuevas edificaciones, ya sean residenciales, campestres o industriales.
Una de las preocupaciones más sensibles para el director y el equipo de la CAR se centra en las licencias de construcción. La actual situación, marcada por una gestión insuficiente del tratamiento de aguas residuales y una seguridad hídrica inestable, requiere una atención prioritaria. En este contexto, el desarrollo urbanístico debe estar acompañado por acciones concretas que atiendan y mitiguen los pasivos ambientales existentes.
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