La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha incrementado sus esfuerzos de vigilancia en los ecosistemas estratégicos del departamento de Boyacá. A pesar de la implementación de regulaciones destinadas a la protección de estas áreas, se mantienen prácticas perjudiciales que amenazan con comprometer su integridad. En respuesta, la CAR ha puesto en marcha una intensificación de sus operativos en los seis municipios bajo su jurisdicción en la región.
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Durante las inspecciones llevadas a cabo por el equipo de la dirección regional de Chiquinquirá, que forma parte de la CAR, se documentaron actividades nocivas en los municipios de Ráquira y Saboyá. Entre las principales preocupaciones se encuentran la expansión de cultivos en áreas protegidas, la tala indiscriminada de especies nativas y la extracción no autorizada de materiales, todo ello con un impacto negativo en la biodiversidad local y las fuentes de agua.
En Ráquira, específicamente en la vereda Casa Blanca, se descubrió la modificación de un sendero peatonal para transformarlo en una vía vehicular, carente de los permisos ambientales necesarios. Este cambio resultó en la tala de 16 frailejones y 48 árboles autóctonos, alterando alrededor de 2.860 metros cuadrados de vegetación. Asimismo, se constató la extracción ilegal de material de recebo, lo que ha deteriorado el suelo y afectado el hábitat de la fauna local.
Por su parte, en Saboyá, el equipo de la CAR encontró cultivos de papa establecidos dentro del ecosistema de páramo de Merchán, junto con el uso de herbicidas, incluidos productos como el glifosato, en una extensión aproximada de 10 hectáreas. Estas prácticas han conllevado a la degradación del suelo y problemas de erosión.
En la vereda Monte de Luz del mismo municipio, se observó la destrucción de 34 frailejones debido a actividades de arado con maquinaria pesada. Estas plantaciones estaban situadas en el Área de Reserva Forestal Protectora de los Páramos de Telecom y Merchán, a menos de 10 metros de una quebrada, donde las actividades que puedan alterar los ecosistemas o poner en riesgo los recursos hídricos están prohibidas.
El director de la región de Chiquinquirá, Yiber González, destacó la gravedad del impacto humano descontrolado sobre el medio ambiente, subrayando los daños irreparables a la flora nativa, los frailejones y las fuentes hídricas vitales para la región.
Ante esta situación, la CAR reafirma su compromiso con la protección del medio ambiente, anunciando planes para intensificar la vigilancia de los páramos y reservas forestales. La corporación también está promoviendo iniciativas de restauración y monitoreo para reducir los impactos negativos.
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