En Villavicencio, un consejo de seguridad ha culminado con una petición contundente dirigida hacia el Gobierno Nacional: la militarización de los peajes del departamento del Meta. Esta medida se ha considerado necesaria tras dos atentados ocurridos en la mañana del 18 de diciembre, que han conmocionado a los peajes de Pipiral y Ocoa, puntos críticos entre las rutas de Bogotá - Villavicencio y Villavicencio - Acacias, respectivamente.
El gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, expresó un sentimiento de pesar y una alarma que resuena en la comunidad: "Es doloroso, genera como impotencia porque hace por lo menos dos décadas no teníamos esta situación". La sombra del pasado, en la que el frente 53 ejercía dominio sobre la vía Bogotá - Villavicencio, es un recuerdo que se busca evitar a toda costa.
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Este conjunto de acciones llega tras la insistencia del gobernador a Iván Velásquez, ministro de Defensa, reiterando una solicitud anterior realizada el 11 de diciembre, la cual se originó después de un ataque con explosivos en el peaje del Boquerón que dejó dos personas heridas.
Los eventos detonantes de estas medidas se ubican en puntos neurálgicos; una explosión próxima al parqueadero y otra en la zona administrativa de uno de los peajes afectados. Adicionalmente, se encontraron otros elementos sospechosos en una caseta de cobro, presuntamente lanzados desde una zona boscosa cercana. A pesar de los esfuerzos de inteligencia, que actualmente investiga una banda delincuencial asociada con panfletos amenazantes a la concesionaria Coviandina, aún no está clara la autoría de los atentados. No obstante, la presunta presencia de disidencias de las Farc es una de las líneas de indagación destacadas por el gobernador Zuluaga.
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