En un operativo exitoso, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha rescatado dos aves silvestres que fueron objeto de maltrato, así como un tigrillo cachorro, evitando así que cayeran en manos de traficantes de fauna. Estos incidentes subrayan la importancia de la colaboración ciudadana y la vigilancia constante en la región de Gualivá, una zona frecuentada por turistas en Cundinamarca.
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El operativo se llevó a cabo después de que la CAR recibiera denuncias de ciudadanos que detallaban actividades sospechosas en municipios turísticos. La intervención fue coordinada por técnicos de la Dirección Regional Gualivá, quienes lograron preservar la vida de estas especies y trasladarlas a instalaciones adecuadas para su recuperación.
En el municipio de Sasaima se produjo el primer hallazgo. Dos aves silvestres fueron rescatadas tras ser sometidas a un proceso de decoloración de sus plumas para ser vendidas como pericos Fisher, una especie africana de gran valor ornamental. Los turistas que adquirieron las aves descubrieron el engaño al observar que el plumaje comenzaba a despigmentarse, revelando el color natural. De inmediato, contactaron a la CAR para proceder con la entrega voluntaria de los animales.
La CAR confirmó que los traficantes aplicaron agentes químicos a las aves, lo que podría haber puesto en riesgo su salud. Estos pájaros fueron trasladados al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV) en Tocaima, donde reciben el tratamiento necesario para su recuperación y eventual reintegración a su entorno natural.
Por otro lado, en la vereda Alto de Torres, en Villeta, un tigrillo cachorro fue descubierto en un cultivo de caña. Los agricultores locales, al informar sobre la situación, mostraron preocupación por la posible presencia de otros felinos en la zona, lo que podría suponer riesgos tanto para los animales como para los habitantes. El tigrillo fue llevado a la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres (URRAS) en Bogotá para su atención y cuidado.
La presencia de este tipo de felinos en áreas boscosas resalta la importancia de mantener un equilibrio entre el desarrollo humano y la preservación de la fauna local. La CAR enfatiza que los tigrillos y otros animales silvestres no representan un peligro para las personas, y exhorta a la población a informar de manera inmediata cualquier avistamiento para asegurar su protección.
La entidad ha reiterado la necesidad de que la comunidad continúe denunciando actividades relacionadas con el tráfico de fauna. La colaboración de los ciudadanos es crucial en la lucha para proteger la biodiversidad de la región, garantizando que los animales regresen a su hábitat, donde cumplen un papel fundamental en el ecosistema.
El director regional de la CAR, Gratiniano Suárez, ha agradecido a quienes, de manera consciente, entregaron los animales a las autoridades, subrayando la responsabilidad que todos tenemos en la protección del medio ambiente. Estas acciones no solo refuerzan el compromiso con la preservación de la fauna, sino que también fomentan una mayor conciencia sobre la importancia de cada especie en su entorno.
Este éxito en el rescate de fauna subraya un aspecto central de las políticas de protección de la biodiversidad: la necesidad de una cooperación activa entre las instituciones y la sociedad civil. Con la participación de todos, es posible establecer un frente común contra el tráfico ilegal de animales y otras prácticas que amenazan la riqueza natural de Cundinamarca y del país en general.
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