En un sorprendente giro de eventos, las autoridades de Cali tuvieron que realizar una entrada forzada a una residencia para rescatar a un niño de tan solo dos años que había sido abandonado. En este notable esfuerzo conjunto, policías y bomberos se vieron obligados a ingresar al inmueble a través del segundo piso.
"Es imperativo que la sociedad entienda que hasta este momento, hemos estado incansablemente buscando a los padres de este niño de dos años, quien evidenciaba un estado de abandono en el domicilio,” enfatizó la teniente Adriana Corrales, líder de Infancia y Adolescencia de la Policía de Cali.
Las evaluaciones iniciales realizadas tanto al menor como al estado de la vivienda, sugieren que posiblemente habían transcurrido cerca de 24 horas desde que el niño había recibido alimento. Esta información plantea una serie de preocupaciones y preguntas acerca de la situación del menor.
Es esencial recordar que en Colombia, de acuerdo con el Código Penal, el abandono de un menor es un acto penalmente sancionado. El artículo correspondiente señala: “El que abandone a un menor de doce (12) años o a una persona que se encuentre en incapacidad de valerse por sí misma, teniendo deber legal (1) de velar por ellos, incurrirá en prisión de treinta y dos (32) a ciento ocho (108) meses” e incluso “si la conducta descrita en el inciso anterior se cometiere en lugar despoblado o solitario, la pena imponible se aumentará hasta en una tercera parte”.
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Este caso de abandono pone en relieve la importancia de la vigilancia y atención constante hacia los menores, así como el deber social de protección y cuidado hacia los mismos. Aunque este incidente parece ser un caso aislado, la comunidad y los ciudadanos deberían redoblar esfuerzos en la vigilancia y el cuidado de los niños dentro de sus comunidades.
Finalmente, el abandono infantil no es un problema aislado, sino un reflejo de una problemática social más amplia que requiere la atención y la acción colectiva de todos los adultos. Este incidente nos recuerda cuán vital es la labor de nuestras fuerzas de seguridad y de rescate, y la importancia de la existencia de políticas y leyes que protejan a los más vulnerables de nuestra sociedad.
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