Ocurrió en Silvania, Cundinamarca, la madrugada de este sábado (15 de julio). Hombres, vistiendo uniformes de la Policía, hicieron detener a los viajeros cuando se desplazaban hacia Bogotá sobre la Doble Calzada.
El caso se presentó hacia la 1 de la madrugada en momentos que una familia se dirigía a la capital de la república proveniente del Eje cafetero, cuando se vieron sorprendidos por el hecho inesperado.
Según contaron una vez pudieron comunicarse con sus familiares y amigos, decidieron viajar en horas de la noche precisamente con el propósito de evitar los inconvenientes de tránsito sobre la Doble Calzada.
Más arriba de Silvania, en un sector que no conoce bien pero que, después les dijeron que se trataba de La Victoria Baja, se vieron enfrentados a un grupo de hombres vestidos de Policía.
El asalto en Silvania y cerca de Bogotá
Portaban fusiles y otras armas que no alcanzaron a detallar bien pero que, de todas formas, los atemorizó. Los hicieron detener y una vez estuvieron al lado del vehículo, amenazándoles con el pesado armamento, les hicieron saber de qué se trataba.
Les dijeron que era un atraco y que se iban a llevar la camioneta. Luego, a punta de fusil, los hicieron bajar para obligarlos a entrar al fondo de una cuneta. No dejaban de intimidarlos dirigiendo hacia ellos la punta de los cañones del armamento.
No tenían alternativa e, incluso, temían que algo grave pudiera pasarles. Madre y padre traban de proteger a su hijo de 8 años. Los tres integrantes de la familia nunca se imaginaron que podría enfrentar un suceso de esta clase.
Pasados varios minutos, no supieron cuántos pero sí cerca de 30, no volvieron a verlos ni a escuchar las gruesas palabras con las cuales los mantuvieron buen rato para llenarlos de terror. Para someterlos.
A salvo
Luego, cuando comprobaron que ya estaban solos, que había pasado el peligro, comenzaron a asomarse a la carretera. Sin embargo, quisieron estar seguros. El padre, como pudo, inspeccionó con la mirada para todo lado.
Después de esa sesión de verificación salieron de lafosa y le hicieron el pare a otro vehículo. Le contaron todo lo sucedido y ellos, quienes hicieron las veces de samaritanos, los auxiliaron. Les facilitaron los celulares para que se comunicaran con la familia.
Los subieron a su vehículo, los tranquilizaron y los llevaron a su destino. Ya calmados y en medio de los suyos, narraron los momentos de terror vividos la madrugada de este sábado.
Nunca se imaginaron que, a pocos kilómetros de Bogotá se estuvieran presentando casos de este tipo. Desde luego, los comentarios sobre la inseguridad fueron tema de duros comentarios.
La inseguridad en Cundinamarca y el país
Este nuevo caso se presenta en medio de anuncios del Gobierno sobre su interés por aplicar lo que llama “Humanización de las Cárceles”. La propuesta consiste en, mediante acuerdo, dejar que algunos delincuentes regresen a sus casas bajo el compromiso de que no vuelvan a delinquir. Además, para ello, les pagarían, mensualmente, $1 millón de pesos del presupuesto nacional; es decir, con el impuesto de los colombianos.
Ese proyecto ha sido cuestionado desde algunos sectores de la población. Como quiera que sea, la inseguridad sigue tomando fuerza en buena parte del país.
Las estadísticas muestran que el número de atracos, heridos y muertos a manos de la delincuencia sigue creciendo. Las extorsiones continuaron escalando en los indicadores del crimen nacional.
En otras palabras y según voces de algunos observadores, pareciera que a las autoridades nacionales les preocupara más la suerte de los delincuentes que los ciudadanos quienes se mantienen dentro de la Ley.
Hace menos de una semana, el Secretario de Gobierno de Fusagasugá se quejó de que algunos asaltos, atracos y hurtos en su ciudad son cometidos por personas que gozan de libertad condicional, o de casa por cárcel.