Este miércoles en la tarde, entre la vegetación rural que separa las veredas El Roble y La Argentina, los municipios de La Vega y Facatativá fueron azotados por un inusitado siniestro aéreo. Sobre las 17:20 horas, el radar emitió su último reporte de una avioneta ultraliviano, identificada con la matrícula HJ363, que tenía como destino el municipio de Guaymaral tras partir de Medellín.
En los registros de la Aeronáutica Civil se ubica a esta aeronave como una Remos, modelo GX; cuya singularidad reside en su capacidad para albergar tan solo a dos pasajeros. Con el número de serie FJD-001-10 y matrícula activa desde agosto de 2019, dicha nave es propiedad de Felipe Restrepo Estrada.
El estado de salud de los tripulantes, envueltos en este acontecimiento, aún se encuentra en el terreno de lo incierto. Los habitantes locales han proporcionado diversa información a los organismos de emergencia del departamento, pero hasta el momento no se ha confirmado ninguno de los reportes acerca de su condición. Sin embargo, los temores acerca de un posible fatal desenlace sobrevuelan la región.
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Los socorristas, intrépidos como siempre, han acudido al lugar del incidente. Esta zona rural, de intrincada geografía, se ha convertido en un desafío para las tareas de rescate y de esclarecimiento de los hechos. El acceso a la ubicación del siniestro, según palabras del capitán Álvaro Farfán, delegado de Bomberos Cundinamarca, ha demostrado ser un obstáculo no menor.
Mientras tanto, y a medida que las investigaciones toman forma, el silencio rodea la información más precisa sobre lo aplicado. "Una vez tengamos más datos, los daremos a conocer a la opinión pública", indicó Farfán. Así, la comunidad cundinamarquesa y el país aguardan por más detalles de este insólito evento aéreo que ha quebrado la tranquilidad de la tarde.
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