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Biólogos de la CAR confirman avistamiento de alondra cornuda: Especie endémica al borde de la extinción

por: Deiver Hurtado

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La reciente identificación de la alondra cornuda (Eremophila alpestris peregrina) en la vereda Panamá del municipio de Soacha, Cundinamarca, ha encendido una señal de alerta entre los biólogos de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR). Esta especie, que se encuentra en un estado crítico de peligro de extinción, es endémica del ecosistema de matorral subxerofítico del altiplano cundiboyacense, del cual solo queda un 2% en Colombia.

Alerta entre biólogos de la CAR: Descubrimiento de la alondra cornuda en Soacha resalta la urgente necesidad de proteger su hábitat en peligro crítico

La alondra cornuda ha sido avistada en un periodo crucial, dado que Bogotá se prepara para albergar la Cumbre Mundial de Biodiversidad - COP 16. El descubrimiento destaca la necesidad de acciones urgentes para proteger este hábitat vital. Esta especie de aves no es migratoria y se caracteriza por su singular aspecto, con mechones de plumas que semejan cuernos. Además, presentan comportamientos monógamos, formando vínculos duraderos entre parejas.

Los registros actuales de la población de esta ave son preocupantemente bajos. Se estima que apenas existen entre 4 y 64 individuos en su hábitat natural. La dieta de la alondra cornuda incluye pequeños insectos, arañas, lombrices, además de semillas y otros materiales vegetales. Sin embargo, su reproducción es limitada, con periodos de nidación en abril, julio y diciembre, y una postura típica de solo dos huevos.

La principal amenaza sigue siendo la notable reducción de su hábitat. Según el Libro Rojo de Ecosistemas, el matorral subxerofítico del altiplano cundiboyacense ha sufrido una alarmante reducción del 98% de su extensión original, exacerbando la situación de vulnerabilidad de la especie.

Para abordar este desafío, la CAR ha integrado medidas específicas en su Plan de Acción Cuatrienal (PAC) 2024-2027. Este plan incluye la creación de un Plan de Manejo y Conservación enfocado en la alondra cornuda, que combina investigaciones científicas con programas educativos y de sensibilización comunitaria.

Las iniciativas actuales buscan fortalecer las alianzas estratégicas para proteger y recuperar el matorral subxerofítico. En el October Big Day, la CAR destacó la importancia de monitorear las poblaciones de alondra cornuda y controlar las actividades humanas que podrían impactar negativamente su hábitat. La colaboración comunitaria es esencial para el éxito en la implementación de estas acciones conservacionistas.

Las medidas propuestas por la CAR abarcan líneas de acción científicas y técnicas para garantizar la supervivencia de la alondra cornuda. Se espera que, mediante esfuerzos integrados y sostenibles, se pueda frenar la alarmante tendencia de la disminución del hábitat y de la población de esta ave única en su tipo.

En conclusión, la presencia de la alondra cornuda en Soacha no solo resalta los desafíos de conservación que enfrenta Colombia, sino que también ofrece una oportunidad para poner en marcha iniciativas que aseguren el futuro de esta especie emblemática del país. Con el apoyo continuo de las comunidades y las instituciones, se espera garantizar un ambiente propicio para la recuperación de la alondra cornuda y su hábitat natural.

Contexto ecológico y social de la alondra cornuda

La alondra cornuda no solo representa un símbolo de la biodiversidad de Colombia, sino que también está intrínsecamente ligada a la cultura local. Las comunidades que habitan en el altiplano cundiboyacense han desarrollado una relación con su entorno natural, donde la alondra cornuda es vista como un indicador de la salud del ecosistema. La pérdida de esta especie podría tener un efecto dominó, afectando otros organismos y el equilibrio ecológico de la región.

Además, la situación de la alondra cornuda resalta la necesidad de promover la educación ambiental entre las generaciones más jóvenes. Programas de sensibilización que involucren a escuelas y universidades pueden jugar un papel crucial en la formación de una nueva conciencia ecológica. Estas iniciativas no solo ayudarían a conservar la alondra cornuda, sino que también fomentarían un sentido de responsabilidad hacia la protección de otros recursos naturales que están en peligro.

La participación activa de la comunidad también es vital para el éxito de las estrategias de conservación. Involucrar a los habitantes en la investigación y en la vigilancia de la alondra cornuda puede fortalecer los lazos comunitarios y crear un sentido de pertenencia hacia su entorno. Al empoderar a las comunidades, se genera un espacio donde las personas pueden contribuir directamente a la conservación, convirtiéndose en guardianes de su biodiversidad local.

Por último, la cooperación entre distintas entidades gubernamentales y organizaciones no gubernamentales es fundamental para abordar de manera efectiva la conservación de la alondra cornuda y su hábitat. A través de esfuerzos conjuntos, se pueden maximizar recursos y crear un impacto más significativo en la restauración de ecosistemas y la protección de especies amenazadas.

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