La comunidad policial de Bogotá se enfrenta a un sombrío episodio tras el fallecimiento del patrullero Richard Steve Pava Mazo, cuyas circunstancias aún se encuentran bajo la lupa de la justicia. Informes oficiales indican que esta dolorosa pérdida se produjo en el cumplimiento del deber, específicamente durante la custodia de un recluso en la capital colombiana.
El lamentable suceso se desencadenó el miércoles 29 de noviembre, cuando el patrullero otorgó permiso a Manuel Antonio Hernández Roa, imputado por delitos graves, para reunirse con una mujer en un establecimiento del barrio Marco Fidel Suárez. Posteriormente, el reo expresó malestar físico y fue movilizado de emergencia al Hospital El Tunal. Horas más tarde, el joven patrullero de 26 años, proveniente de Gramalotes, Norte de Santander, se presentó para retomar la vigilancia.
Una vez en el hostal Andrius, ubicado en la calle 48 con carrera 13 sur, el detenido solicitó ser trasladado al parqueadero para encontrarse con su supuesta pareja sentimental. Sin embargo, los detalles de esta maniobra y los medios utilizados para el desplazamiento se encuentran bajo escrutinio.
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De acuerdo con las fuentes policiales, al llegar al sitio, Hernández se encontró con dos mujeres, que, se sospecha, formaban parte de su estrategia de escape. Ante el intento de intervención del patrullero Pava, las cómplices lo atacaron, facilitando así la huida del prisionero, que se materializó en una motocicleta y con esposas aún puestas, tomando rumbo hacia el barrio Las Lomas.
En medio del caos, el patrullero buscó refugio en un parqueadero. Acorralado por la presión y tras una reprimenda de sus superiores, se reveló a través de Noticias Caracol que tomó la decisión fatal de acabar con su vida utilizando su arma de dotación, según se desprende de audios filtrados.
Si bien Pava había solicitado apoyo para capturar al fugado, cuando sus compañeros arribaron, lo encontraron sin vida. La pronta respuesta policial no fue suficiente para evitar la tragedia.
La Policía avanza en las indagaciones para desentrañar los aspectos específicos del incidente, sosteniendo como teoría preliminar que la decisión del patrullero de suicidarse se debió a la evasión del recluso a su cargo. "Se adelantan todas las investigaciones correspondientes, para establecer las causas de modo, tiempo y lugar de cómo sucedieron los hechos", aseguró la entidad.
Al día siguiente de los hechos, el 30 de noviembre, se pusieron en marcha operativos para recapturar a Hernández Roa, detenido inicialmente en mayo del año en curso, y a las dos mujeres implicadas en su fuga. Los análisis de las grabaciones de seguridad buscan rastrear las rutas de escape empleadas por el convicto y sus aliadas.
La Policía Nacional ha expresado su profunda consternación por la muerte del patrullero Pava Mazo, extendiendo un comunicado donde se lee: “La institución lamenta los hechos presentados y pone a disposición un grupo interdisciplinario, el cual brindará acompañamiento espiritual y psicosocial a la familia en este difícil momento”.
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