En un giro prometedor hacia la preservación de la majestuosa Amazonía colombiana, los más recientes datos arrojados por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible exhiben una notable disminución en las tasas de deforestación. Los primeros nueve meses del año 2023 han sido testigos de una reducción del 70% en la tala del pulmón del mundo respecto al mismo periodo del año anterior. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), la deforestación se vio recortada de 59.345 hectáreas en 2022 a 17.909 hectáreas en el presente año, lo que podría compararse con la extensión total de Suiza.
Frente a esta notable disminución, la ministra Susana Muhamad enfatiza la precaución a tomar ante estos resultados preliminares, que, aunque alentadores, no representan una victoria definitiva en la lucha contra la deforestación. Estos indicadores se presentan como evidencia de una tendencia positiva, fruto del compromiso gubernamental de mostrar los avances en esta materia.
La ministra Muhamad ha hecho un llamado directo a los habitantes de la región, incitándolos a ser partícipes del programa "Conservar Paga", que busca incentivar la conservación de terrenos mediante compensaciones financieras, con la advertencia de que prácticas como la quema de fincas serán un obstáculo para recibir tales beneficios.
En un esfuerzo por modificar la política pública y alejarse del enfoque punitivo hacia los campesinos, se han promovido acuerdos de conservación con las comunidades para evitar conflictos en áreas críticas. Además, se vislumbra un incremento significativo en los pagos para el próximo año, con un especial énfasis en Caquetá y Guaviare, donde se desarrollará un trabajo exhaustivo de identificación y caracterización de predios.
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Adicionalmente, se están estableciendo 14 brigadas contra incendios forestales comunitarias como parte de un plan de contención ante el fenómeno de El Niño. Este enfoque de prevención se suma a los 11 Núcleos de Desarrollo Forestal y de la Biodiversidad, creados para promover la economía forestal y acciones de restauración, educación ambiental y reconversión productiva en Putumayo, Meta, Caquetá y Guaviare.
El ministerio hace hincapié en que la deforestación, tal como lo reporta la Red Amazónica de Información Socioambiental Georeferenciada (Raig), es mayormente consecuencia de actividades humanas destructivas, como la expansión agrícola, la minería y los incendios. Para vigilar este fenómeno, el Ideam emite alertas tempranas trimestrales que identifican los puntos críticos de deforestación.
Las cifras actuales del Ideam resaltan avances significativos en el departamento del Meta con una disminución del 87%, seguido de Caquetá con un 79%, Putumayo con un 54% y Guaviare con un 39%. A pesar de estos logros, se ha identificado un repunte en la deforestación en Guaviare y Caquetá, lo que exige cautela ya que el último trimestre podría alterar la tendencia general.
Preocupaciones adicionales surgen debido a la vulnerabilidad por la temporada seca, el fenómeno El Niño, la pausa en los diálogos de paz con grupos disidentes, y el incremento de las 'chagras de viento', un factor meteorológico contribuyente a la pérdida de más de 1.500 hectáreas de bosque.
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