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Vía Bogotá-Girardot en un 75% podría ser entregada a finales de 2024

por: Sala de Redacción

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La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) proyecta entregar entre el 75% y el 80% de la vía Bogotá-Girardot para finales de 2024. Esta cifra, revelada por Francisco Ospina, presidente de la ANI, se presenta a pesar de los desafíos recientes, incluidos bloqueos y protestas de comunidades locales que critican el estado actual de las obras. Ospina destacó el trabajo realizado durante el año, mencionando que el proyecto ha llegado a contar con hasta 4.000 empleados y 180 frentes de trabajo activos simultáneamente.

Ospina destacó el esfuerzo significativo realizado durante el último año, subrayando que el proyecto ha alcanzado una fuerza laboral de hasta 4,000 empleados y cuenta con 180 frentes de trabajo activos simultáneamente. Este ritmo de trabajo es fundamental para cumplir con los plazos establecidos y asegurar que la obra avance sin contratiempos, especialmente ante la creciente demanda de infraestructura vial en la región.

Importancia del proyecto para la movilidad y la economía

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El avance en la construcción de esta carretera es crucial para garantizar una movilidad fluida durante la temporada navideña, un periodo en el que el tráfico y el turismo alcanzan niveles máximos. La carretera Bogotá-Girardot es considerada un eje vital no solo para el transporte de mercancías, sino también para facilitar el acceso a los principales destinos turísticos de la región, lo que la convierte en un elemento clave para la economía local.

Ospina también enfatizó que el proyecto de concesión incluye la construcción de infraestructuras complementarias, tales como puentes peatonales y paradas de buses, en respuesta a las demandas de las comunidades circundantes. Sin embargo, el presidente de la ANI reconoció que ciertas exigencias, como el acceso a poblaciones adyacentes y mejoras en los servicios de acueducto, no están contempladas dentro del contrato original, lo que ha generado inquietudes entre los habitantes de la zona.

Desafíos y ajustes en el proyecto

Un aspecto crítico en el desarrollo del proyecto es la llamada “zona funcional número 2”, conocida popularmente como la “Nariz del Diablo”. Ospina explicó que el contrato inicial preveía un cierre financiero en un plazo de 22 meses, un tiempo que ha resultado ser poco realista ante la complejidad del terreno y las condiciones ambientales. Actualmente, se están realizando esfuerzos conjuntos con el concesionario para ajustar el contrato y permitir el avance adecuado de las obras, asegurando así que se cumplan los estándares de calidad y seguridad.

La ANI ha mantenido un diálogo abierto con las comunidades afectadas, garantizando que se están realizando esfuerzos para cumplir con las expectativas de los usuarios de la vía y, al mismo tiempo, beneficiar a las comunidades vecinas. Este enfoque busca construir confianza y colaboración entre los diferentes actores involucrados, resaltando la importancia de la participación ciudadana en proyectos de infraestructura.

Consideraciones sobre el impacto social

La entrega del tramo previsto para finales del próximo año no solo representa un avance significativo en términos de infraestructura vial, sino que también plantea importantes consideraciones sobre el cumplimiento de acuerdos y la adaptación de proyectos a las necesidades locales. Ospina aseguró que, a pesar de los retos, la ANI está comprometida a que la obra no solo sea funcional al tráfico vehicular, sino que también considere su impacto social.

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Este compromiso refleja la importancia de la vía como columna vertebral de la conectividad regional y su potencial para impulsar el desarrollo económico local. La ANI se posiciona como un ente clave en el progreso de la infraestructura nacional, resaltando la necesidad de proyectos que equilibren el desarrollo económico con la responsabilidad social y ambiental.

Seguimiento y futuro del proyecto

El seguimiento y ajuste de los términos contractuales siguen siendo una prioridad para la ANI, con el objetivo de asegurar que la infraestructura responda adecuadamente a las necesidades planteadas por el desarrollo urbano y rural de las zonas adyacentes. Con estos avances y ajustes, la ANI busca no solo cumplir con los plazos establecidos, sino también asegurarse de que las comunidades beneficiadas puedan disfrutar de un acceso más eficiente y seguro a sus destinos.

En conclusión, la proyección de la ANI para la carretera Bogotá-Girardot es un paso significativo hacia la modernización de la infraestructura vial en Colombia. Con un enfoque en la movilidad, el desarrollo económico y el bienestar de las comunidades, la ANI continúa trabajando para posicionarse como un actor clave en el futuro de la infraestructura nacional.