Su “pronunciada dentadura” permitió la individualización y detención” del homicida, explicó la Policía en Fusagasugá. Alias Muelas, en acto de intolerancia el pasado miércoles 9 de agosto, propinó 5 impactos de bala a su víctima quién falleció en el sitio de los hechos.
La captura del posible responsable del crimen ocurrió las últimas horas luego de intensas pesquisas a manos de la Sijín, cuyas unidades especializadas corrieron con la misión de resolver el crimen.
El violento suceso ocurrió en horas de la noche de ese miércoles mientras la occiso, Víctor Alexander Rodríguez Rojas, departía en un establecimiento al norte de la ciudad ubicado en la transversal 10 con primera.
Según indican versiones de testigos entregadas a las autoridades, el acusado llegó en moto y, sin mediar palabra, desenfundó un arma; se acercó hasta su víctima y le disparó. Le propinó cinco impactos de bala los cuales le provocaron la muerte inmediata.
La huida y persecución
Cometido el crimen, el indiciado escapó en la misma motocicleta hacia los barrios del norte. Luego, subió hasta la carrera primera y de allí siguió rumbo al sur para refugiarse en su lugar de habitación ubicada en la urbanización Contigo Con Todo.
De todo ello supieron los investigadores luego de revisar las cámaras de seguridad a lo largo del trayecto que tomó el acusado antes y después del crimen.
Su identificación y ubicación fue posible en virtud de los datos suministrados por fuentes humanas. Las primeras pistas fueron recogidas en el lugar de los hechos. Testigos suministraron algunas características del acusado, entre ellos su aspecto físico, estatura y, entre ellas, las condiciones de su dentadura; las prensas que vestía, al igual que el tipo de moto y el color de la misma.
Enseguida y con esos datos, la Sijín y unidades de la Brigada de Homicidios de la Fiscalía, en trabajo conjunto, se dieron a la tarea de establecer de quién se trataba.
Con algunas fotos en mano volvieron a hablar con testigos. Todos ellos, sin vacilar, identificaron al hombre que había disparado: se trataba de un individuo con extenso prontuario a quien conocen como “Muelas”.
Hallaron que el acusado presenta 15 anotaciones relacionadas con hurto, violencia intrafamiliar, lesiones personales, microtráfico y otros sucesos castigados por las leyes colombianas.
Trabajo investigativo
A partir de entonces, los agentes del grupo combinado, Sijín – Fiscalía, emprendieron tareas de seguimiento. Día y noche le siguieron los pasos. Querían conocer más de sus actividades. También pretendías y buscan establecer más responsables del homicidio. Para ellos es importante saber quién fue el autor intelectual y por cual razón cometió el homicidio.
Ese trabajo les permitió conocer otros detalles que, de momento, solo conocen los investigadores. Una vez completada la primera parte del trabajo, los agentes decidieron detenerlo. El procedimiento fue planeado para un momento y lugar que evitara daños o afectaciones colaterales. Por ejemplo, que el evento se tornara violento y que otras personas resultaran afectadas.
La detención fue materializada el pasado martes 22 de agosto a la altura de la calle 26 con carrera 2 Este, sur oriente de Fusagasugá, mientras “Muelas” caminaba tranquila y desprevenidamente por una calle cerca de su lugar de residencia.
El homicidio
La muerte de Víctor Alexander Rodríguez Rojas ocurrió hacia las 9 y 15 de la noche de ese miércoles 9 de agosto a la altura de la transversal décima con calle primera, barrio Gaitán, norte de Fusagasugá.
De lo que estaba sucediendo muy pocos fueron conscientes. En principio se pensó que todo obedecía a un caso de intolerancia por cuanto la víctima y otras personas que departían con él, hablaban de manera acalorada. Después se entendió que todo era producto de la euforia con que departía.
Muy pocos tuvieron conciencia que el homicida se acercó con el arma de fuego en mano tratando de ocultarla apretándola contra su pierna derecha; sorprendió al grupo y disparó contra la humanidad de Rodríguez. Luego, apresuradamente, salió del establecimiento, subió a su moto y aceleró la marcha hacia los barrios del norte.
La experticia de los agentes permitió conocer el detalle de su escapatoria y la ruta que tomó para esconderse como ya se indicó. Otras versiones de vecinas de la zona indicaron que “Muelas” se había mostrado tranquilo. Seguramente penaba que se encontraba fuera del alcance de las autoridades; se equivocó.
Ahora, el acusado enfrenta la justicia colombiana y asume la posibilidad de que se condenado a varias décadas tras las rejas.
