El Regiotram de Occidente, uno de los proyectos más ambiciosos y esperados en materia de movilidad sostenible en Colombia, enfrenta un futuro incierto tras la decisión del Gobierno Nacional de aplazar recursos clave destinados a su ejecución. Este sistema ferroviario, diseñado para conectar a Bogotá con municipios de la Sabana Occidente como Facatativá, Mosquera, Madrid y Funza, prometía aliviar la congestión vehicular y ofrecer una alternativa de transporte eficiente y amigable con el medio ambiente. Sin embargo, la reprogramación de las vigencias futuras para 2025 pone en riesgo los avances del proyecto, generando preocupación entre las autoridades locales, empresarios y ciudadanos que ven en el Regiotram una solución esencial para mejorar la calidad de vida en la región.
Sin embargo, recientemente, el proyecto ha enfrentado desafíos significativos debido a decisiones del Gobierno Nacional. El presidente Gustavo Petro, mediante el Decreto 0069 de 2025, anunció el aplazamiento de $12 billones del Presupuesto General de la Nación, afectando directamente a proyectos clave en Bogotá y Cundinamarca, entre ellos el Regiotram de Occidente.
El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey Ángel, expresó su profunda preocupación ante esta medida, señalando que la reprogramación de las vigencias futuras asignadas para 2025 pone en riesgo la continuidad y el cronograma establecido para el Regiotram. A pesar de que el proyecto cuenta con un avance del 28% en su ejecución general, la falta de recursos podría retrasar las obras y posponer la fecha de entrada en operación, inicialmente prevista para 2027.
Jorge Emilio Rey Ángel, aseguró que el proyecto cuenta con recursos suficientes para avanzar en las obras durante 2025.
Uno de los principales desafíos técnicos que enfrenta el proyecto es la interferencia del corredor férreo con el poliducto que abastece de combustible al aeropuerto El Dorado, especialmente en las zonas de Fontibón y Mosquera. Este obstáculo requiere la reubicación del poliducto a una mayor profundidad para cumplir con los estándares de seguridad actuales, lo que implica modificaciones en el esquema contractual y ajustes en el cronograma inicial.
A pesar de estos desafíos, la Gobernación de Cundinamarca ha cumplido con los aportes comprometidos para el proyecto. El desembolso nacional correspondiente a 2024 está próximo a ser girado, lo que permitiría la continuidad de las obras durante el próximo año. No obstante, el aplazamiento de los recursos asignados para 2025 genera incertidumbre sobre la viabilidad financiera del proyecto en el mediano plazo.
El gobernador Rey ha hecho un llamado urgente al Gobierno Nacional, en particular a los Ministerios de Transporte y Hacienda, para que se evalúe el impacto de la reprogramación de los recursos y se busquen soluciones que garanticen la continuidad del proyecto. Destacó la importancia de mantener el objetivo de que el Regiotram entre en operación en 2027, como se había proyectado inicialmente, y enfatizó que cualquier retraso adicional podría afectar negativamente a miles de ciudadanos que se beneficiarían de este sistema de transporte sostenible.
El Regiotram de Occidente no solo representa una mejora en la movilidad regional, sino que también es un paso significativo hacia la implementación de sistemas de transporte basados en energías limpias en Colombia. Se espera que este tren eléctrico de cercanías reduzca considerablemente las emisiones de CO2 y contribuya a la sostenibilidad ambiental de la región.
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La reprogramación de los recursos asignados al proyecto ha generado preocupación entre diversos sectores, incluyendo líderes políticos, empresarios y la comunidad en general. Muchos temen que la falta de financiamiento oportuno pueda retrasar indefinidamente la finalización del Regiotram, afectando la calidad de vida de los habitantes de Bogotá y Cundinamarca que diariamente enfrentan problemas de movilidad.
En respuesta a estas inquietudes, se han propuesto diversas alternativas para asegurar la financiación del proyecto, incluyendo la búsqueda de alianzas público-privadas y la gestión de recursos adicionales a nivel nacional e internacional. Sin embargo, estas opciones requieren tiempo y negociaciones complejas, lo que podría no ser viable en el corto plazo.
El futuro del Regiotram de Occidente depende en gran medida de las decisiones que tome el Gobierno Nacional en los próximos meses. Es fundamental que se priorice la inversión en infraestructura de transporte sostenible, reconociendo los beneficios a largo plazo que proyectos como este aportan al desarrollo económico, social y ambiental del país.
En conclusión, el aplazamiento de los recursos para el Regiotram de Occidente representa un desafío significativo para la movilidad y el desarrollo sostenible de Bogotá y Cundinamarca. Es imperativo que las autoridades nacionales y departamentales trabajen de manera conjunta para encontrar soluciones que permitan la continuidad y culminación exitosa de este proyecto estratégico, asegurando así un futuro más próspero y sostenible para la región.
