La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha tomado cartas en el asunto tras recibir reportes de malos olores y un peculiar brillo en las aguas de la quebrada El Molino, proveniente del conjunto residencial Zua Ciudad Esmeralda, situado en Zipaquirá, Cundinamarca. Los habitantes de la zona, preocupados por posibles peligros para la salud pública, decidieron notificar a las autoridades competentes.
Contaminación en Zipaquirá, Cundinamarca
En respuesta, la CAR envió a sus técnicos de la Dirección Regional Sabana Centro para investigar las causas de la contaminación.
Los expertos encontraron una situación inquietante: la presencia de aguas con una capa superficial de brillo tornasolado, una señal típica de la presencia de grasas y aceites, que indicaban descargas contaminantes provenientes del conjunto residencial.
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Según Yuri Ramírez, directora de la CAR Sabana Centro, se percibieron olores en el punto de descarga, confirmando que Zua Ciudad Esmeralda no cumplía con las normas ambientales vigentes.
Las prácticas identificadas en la inspección tienen serias repercusiones:
- Alteración de fuentes hídricas.
- Daño a la fauna y flora locales.
- Impacto negativo en la salud de las comunidades que dependen del afluente.
La CAR destacó que la contaminación no solo afecta el ecosistema sino también la calidad de vida de las personas que utilizan estas aguas para consumo y otras necesidades diarias.
Por ello, se ha decidido iniciar un proceso sancionatorio contra los responsables del conjunto residencial, con el fin de obligarlos a tomar medidas correctivas inmediatas y prevenir futuros incidentes similares.
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Para garantizar el cumplimiento de las normativas ambientales, la CAR ha extendido una invitación a la comunidad a reportar cualquier anomalía ambiental a través de:
- Correo electrónico.
- Redes sociales de la corporación.
- Líneas telefónicas habilitadas en Bogotá y a nivel nacional.
La entidad subrayó su compromiso con la protección y conservación de los recursos hídricos, exhortando a los ciudadanos a participar activamente en la vigilancia y denuncia de comportamientos que dañen el medio ambiente.
"Este tipo de prácticas ilegales conllevan a la alteración de fuentes hídricas, fauna y flora, pero principalmente afectan la salud de los grupos poblacionales,” afirmó la institución.
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