El año pasado me llamaron de una emisora bastante reconocida en mi país para pedirme que diera mi opinión a propósito del día del hashtag.
Es algo que me suele pasar, afortunadamente.
Lo que no suele pasar, es que un par de días después llamaron de nuevo, a contarme que estaban buscando un líder digital para la emisora, y a preguntarme si me interesaría el cargo.
Debía dirigir un equipo de unas 15 personas y reorganizar sus procesos. No estaban pasando por un buen momento.
La verdad, me pareció un reto interesante, la emisora me gusta.
Lo pensé unos días y, aunque no andaba buscando trabajo, acepté. No el cargo, sino participar en su proceso de selección. Como debe ser.
Para no alargar mucho la historia, pasados unos meses me volvieron a escribir pidiendo algunas propuestas. Presenté lo que me pidieron y fui a la entrevista presencial, con la que sería mi jefe y algunos compañeros de trabajo.
Hace muuuucho no iba a una entrevista de estas, hace mucho no busco trabajo.
Y por eso mismo fui despreocupado, no como suele pasar cuando vas a entrevistas.
Normalmente uno va nervioso, pensando en decir las frases correctas, decir lo que uno cree que ellos esperan escuchar. «Sí, claro, en 5 años me veo acá, colaborando con el proyecto y llevando la empresa a nuevos niveles». Aunque sea mentira y ellos lo sepan.
Pero como ni necesitaba el trabajo, ni lo estaba buscando, fui tranquilo.
En el taxi de ida decidí que no los trataría como mis futuros jefes, sino como si fueran mis clientes, y eso cambió todo.
Por ejemplo, no les presenté una estrategia, como me pidieron, sino un plan de trabajo desde el día 1.
Cuando me informaron el salario asignado, me preguntaron si estaría dispuesto a trabajar por ese monto. Mi respuesta, literal, fue «Mira, si me fueras a contratar tiempo completo, te cobraría más del doble de lo que ofreces. Pero la verdad es que la emisora me gusta mucho, el proyecto me parece muy bonito, y el reto es muy interesante. Además es un contrato por prestación de servicios, y creo que puedo lograr los resultados que necesitan, dirigiendo al equipo remotamente, sin estar acá todo el tiempo».
No te lo voy a negar, cuando terminé de decirlo pensé «Mierda, la cagué. Debí parecer el tipo más engreído del planeta. Jamás me van a contratar». Y me fui sintiéndome como cuando salí del ICFES, que uno cree que le fue bien, pero también cree que le fue mal, y solo queda esperar.
Pues al cabo de un tiempo me llamaron y me dijeron “¡Te fue super bien! Quedaste de primero y te van a escribir con los documentos que se necesitan para tu ingreso”.
Spoiler Alert: Finalmente no trabajé con ellos, por problemas y desórdenes internos de la empresa. Pero como no necesitaba el trabajo, no me importó mucho. Excepto el tiempo perdido, que eso vale más para mí que la plata.
La moraleja de esta fábula es que, cuando trabajas en tu Marca Personal, el trabajo te busca, aunque no lo necesites.
Hace más de 10 años que no busco trabajo. Cuando me he empleado ha sido porque me ofrecen los cargos y no porque los busque. Así mismo me han llegado proyectos, invitaciones a asociarme en Start-ups, incluso me han ofrecido invertir en mis empresas y proyectos.
Pero esas son historias para otro Marmograma.
Lo que te quiero decir es que trabajar en mi Marca Personal ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. Y también puede ser de la tuya.
Lo que hagas hoy por tu Marca Personal te va a seguir sirviendo en 5 años. Doy fe.
Hoy en día hay personas que me reconocen por algo que pude haber hecho hace años, cosas que ni yo mismo recuerdo. No te contaré todo lo que me ha pasado gracias a mi Marca Personal, primero porque no terminamos, segundo porque no se trata de mí, sino de ti.
Pero mi historia incluye viajes, empleos, conferencias adentro y afuera de mi país, trabajar haciendo cosas con las que ni soñaba cuando ejercía como ingeniero.
No te digo que busques repetir mi historia, sino que escribas la tuya. Cumple los sueños que tengas. Y terminarás cumpliendo hasta los que ahora mismo no imaginas.
Y ojalá empieces pronto.
Se empieza llenando un formulario de tres minutos, se termina recibiendo montañas de ofertas laborales.
PD1: El enlace de arriba es para ver si eres uno de los 4 clientes nuevos que atenderé el próximo mes.
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